Como hacer un sancocho
Cómo hacer un buen sancocho dominicano (como el que hace mamá)
¿Sabes qué plato tiene el poder de reunir a la familia, hacerte olvidar el estrés y llenarte el alma? El sancocho.
No importa si hace calor o si llueve a cántaros, cuando alguien en la casa dice “voy a hacer un sancocho”, todos sabemos que el día va a ser especial.
Y es que el sancocho no es solo comida. Es cariño hecho con víveres, carnes y sazón. Es ese olor que te recuerda a los domingos con mamá o las juntaderas con los primos en el patio. Si nunca lo has preparado tú misma, aquí te cuento cómo hacerlo paso a paso, sin complicaciones, y con ese toque dominicano que no puede faltar.
🥩
Primero, vamos con los ingredientes
Ojo: no tienes que usar las siete carnes si no puedes. Con tres, bien combinadas, también queda delicioso.
Carnes (elige las que tengas):
- Carne de res (falda o costilla, que suelten buen sabor)
- Pollo (si es de campo, mejor)
- Cerdo (pierna, costillitas… lo que haya)
- Chuleta ahumada
- Longaniza o jamón
- Mondongo (opcional, pero si te gusta… ¡pa’l caldero!)
Víveres:
- Plátano verde
- Yautía
- Ñame
- Yuca
- Auyama (esta es mágica, espesa y da color)
- Mazorca de maíz
Y el toque del sazón:
- Cebolla
- Ajo
- Ají cubanela
- Cilantro (¡por favor que no falte!)
- Orégano
- Sal, pimienta
- Limón o vinagre para lavar las carnes
- Aceite
- Agua (y mucha paciencia)
👩🏽🍳
Ahora sí, ¡manos al caldero!
1.
Lava bien las carnes
Con agua y limón o vinagre. Aquí no hay excusa. Nadie quiere un sancocho con mal olor.
Después de eso, escúrrelas bien y échales un poco de sal y orégano.
2.
Sofríe con cariño
Empieza con un chorrito de aceite, ajo machacado, cebolla, ají… y vas agregando las carnes por orden: primero la res, luego cerdo, y por último el pollo. Ve removiendo y disfrutando ese olor que va saliendo. Ya la cocina empieza a hablar.
3.
Agrega agua y deja que se cocine a fuego medio
Este es el momento zen. Nada de apuros. Las carnes necesitan tiempo para ablandarse y soltar su sabor. Puedes aprovechar y poner música, fregar lo que ensuciaste, o simplemente respirar y dejar que la magia empiece.
4.
Echa los víveres
Cuando la carne esté suave, añade los víveres pelados y cortados. La auyama se va deshaciendo y le da esa textura cremosa tan rica. El maíz le da dulzura. El plátano, cuerpo. Todo tiene su razón de estar ahí.
5.
Prueba y ajusta
Un poquito más de sal, tal vez algo de caldo en polvo (si eres de las que lo usa), un chin más de agua si está muy espeso… Tú eres la jefa aquí.
6.
Déjalo espesar
Remueve con cuchara de madera, ve probando, y cuando veas que tiene esa textura espesa pero no pastosa, ya estás lista.
🍚
¿Y con qué se come?
Con arroz blanco, sí o sí.
Con aguacate, si hay.
Y si es un día especial (que todos deberían serlo), una gotica de limón por encima y un poco de pique.
Hay quien le echa hasta tostones o pan… y todo vale si se come con gusto.
❤️
El sancocho es amor que se sirve en plato hondo
Preparar un sancocho no es solo cocinar. Es un acto de cariño. Es decirle a los tuyos: “hoy vamos a estar juntos, sin apuros, solo disfrutando”.
Y cuando lo sirvas y todos digan “¡wow, qué bueno te quedó!”, sabrás que valió la pena cada paso.
Hazlo un día cualquiera, no esperes a que haya visita o celebración. A veces, lo que necesitamos para sentirnos en casa… es un buen plato de sancocho.
Comments
Post a Comment